miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡Pero si no vuela!


Lo prometido es deuda.  Me voy a estrenar con un micro pequeñito que nos propuso Patricia y que a mí me encantó (ejem, me refiero a los resultados del ejercicio, no exactamente al mío, jeje).
Abrazos, Rocío.

Desilusión
No funcionó, me digo.  Observo el suelo desde mi balcón y soplo un resto de plumón amarillo que vuela suavemente hasta el jardín.   Pero si era nuevo…
Abajo, mi último patito permanece inmóvil y tendré que volver a limpiar.

domingo, 10 de octubre de 2010

Para empezar a desempolvar

LIBÉLULAS

La bata apenas me roza. El lazo que sujeta sus pliegues, me presiona la cintura y sugiere un vuelo fugaz que se pierde en la oscuridad del cuarto.

Acaricio la seda con las yemas de los dedos. Los hilos se entrecruzan. Sobresalen pequeños filamentos retorcidos. Crisálidas adheridas a la uniformidad del tejido. Imperfecciones. Variaciones en la tensión.

Emociones que perturban y distraen. Esa inestabilidad que mete miedo y deja su huella en las veleidades de la malla. Antojadiza. De ligereza variable. Capaz de desnudarse en transparencias casuales. De modelarse en convexidades amplias y gargantas de profundo placer.

Yo la conservo porque te reconozco en la trama que urdiste. Asombrosa habilidad para reinventarme en arrebatos que quedaron prendidos de la malla. Nudos en las costuras, racimos de piedras, rígidas alforzas pespunteadas.

Sin embargo, aún quiero volar. El roce del tejido conserva su suavidad y anuncia el vértigo. volados que se precipitan hasta el ruedo de mi falda. Una ola de encaje rompe durante la pleamar.

La libélula ha vuelto.

Aunque la perilla esté al alcance de mi mano ¿para qué encender la luz?

lunes, 4 de octubre de 2010

Tejiendo la tela

Arañas he cambiado la foto del inicio por esta foto de una hermosa telaraña.

Cada dos meses pondré una foto distinta sobre el tema: arañas, telarañas...mantis quizá?


A ver si tejemos que vuelven a salir pelusas.


Un abrazo

sábado, 11 de septiembre de 2010

Se acerca el otoño



Arañ@s este blog está lleno de polvo. Voy a pasarle el plumero que falta le hace.





Os dejo un microrrelato(de los largos, de los de 250 palabras, oye que ya me apetecía ;)) escrito por mois. Como siempre abierto a correcciones(comas, rimas, fallitos) y comentarios varios.





Transmutación
Hacía mucho tiempo que Aquilino Ruiz había desaparecido, hacía mucho tiempo que habían dejado de buscarle. Tan sólo su madre confiaba en su vuelta y seguía preparando sus comidas favoritas.

Desde niño Aquilino sentía curiosidad por los pájaros, pasaba horas observándolos convencido de que mantenían conversaciones cuyo contenido iba más allá de la mera supervivencia o la procreación. A los quince años consiguió desentrañar su lenguaje y era capaz de comunicarse con ellos en una jerga compuesta de silbidos y gorjeos que, al principio, causó mucha expectación en el vecindario, luego sonrisas condescendientes y finalmente burlas. Siendo adulto, Aquilino se dio cuenta de que no sabía nada de aquellas aves mayores que surcan los cielos. Con el dinero que nunca gastó se compró un globo aerostático y se dedicó a otear las cumbres donde habitan las águilas. Sólo bajaba cuando se le agotaban los alimentos, el agua o necesitaba combustible. En cada visita más delgado, la voz más aguda y el convencimiento de que estaba a punto de comprenderlas. «Madre, dijo la última vez, el mundo es tan distinto visto desde allá arriba. » Tres semanas después, un pastor encontró el globo en el monte, desinflado y con la barquilla rota.

Algunos juran haber visto un águila sobrevolando la plaza en la que Aquilino jugaba de chico. Desde entonces, su madre acude cada mañana y se sienta en un banco, un plato con comida en las manos y la mirada en el cielo, segura de que regresará algún día.

sábado, 10 de julio de 2010

Haiku

Me clavé un clavo
pero en el ojo bueno,
y yo te olía.

jueves, 24 de junio de 2010

Fiesta del Sábado, 19 de Junio

Sólo tres personas bajo aquel neón que anunciaba con luz mortecina: Clamores. Un tío desgarbado y aburrido me dejó pasar no sin antes mirarme de arriba a abajo. Instintivamente me abotoné la chaqueta mientras bajaba por aquella escalera desgastada que parecía quejarse de mis tacones en cada peldaño.
En la sala, repartidos en grupos se oían los ecos apagados de las conversaciones de los que habían llegado antes. Eran pocos, creo que conté unos veinte y parecían conocerse. Supuse que formarían parte de las clases presenciales, de las que yo, por ser alumna online, estaba tan ajena. Empecé a preguntarme si no habría sido un error apuntarme a aquella fiesta, pero las ocho horas de viaje en autobús me obligaron a quedarme: no has venido desde tan lejos para irte sin saber de qué va todo esto, -me dije mientras me acercaba a la barra para pedir una cerveza.

Los ojos del camarero, burlones y con un toque lascivo que me descolocó aún más , me informaron de que allí lo único que se servía era el “especial de la casa, nena”, que consistía en un cóctel rojizo y dulzón al que le di un par de tragos para abandonarlo con disimulo mientras buscaba una mesa libre.
Y al dirigir la mirada hacia el fondo, cerca de los servicios, reconocí un nombre, el de uno de mis compañeros del curso de relato breve. Soy Damián López, lo presentaba un cartelito que tenia delante, sobre la mesa que ocupaba. Me sentí aliviada. Por fin alguien con quién entablar conversación y que como yo, buscaba un nombre conocido. Levantó la vista cuando me oyó llamarlo.
Lo que ví en aquellos ojos me dejó helada. Había creído durante meses que el gusto de mi compañero por la literatura de terror era sólo un entretenimiento. Pero me equivocaba. Aquella mirada sanguinaria, fiel reflejo de su desvarío y la mueca con la que quiso adornarla me hicieron temblar. Dando un paso atrás, balbuceé que necesitaba ir al aseo y allí me refugié. Apoyada sobre la puerta, todo a mi alrededor comenzó a girar mientras respirar empezaba a hacérseme complicado. Mierda -me acordé de lo que acababa de beber- ¿qué coño era?

Tenía que salir de aquel lugar. Pasé por delante de Damián que ahora estaba inclinado sobre unos papeles, quizá ocupado en una nueva historia. Esa idea atroz espoleó mis pasos hacia la salida, luchando contra una torpeza cada vez más evidente.
Fue en aquel momento cuando se iluminó el escenario. Sobre él apareció Enrique, nuestro profesor.
De él sí tenía referente de su aspecto por la foto de la Escuela. La adoración se reflejaba en los rostros de todos aquellos que lo miraban, y es que envuelto en una túnica dorada , desprendía un halo de magia extraña, diabólica e hipnotizante. Me observó. Era como si supiese que yo estaba en aquel lugar desde el primer momento.
Obedeciendo a una orden nunca expresada con palabras, todos se giraron lentamente hacia mí, descubriéndome. No recuerdo nada más.

Me desperté en la habitación del hotel. Me dolía terriblemente la cabeza. Estaba sola. Mi ropa había sido ceremonialmente doblaba sobre la silla. Sentada sobre aquella cama, trataba de ordenar mis pensamientos. No sé cuanto tiempo tardé en recuperar el control sobre mi angustia. Pero sí sé que tenía algo muy claro: quería irme y volver a mi casa.

Y al comenzar a vestirme fue cuando, aterrorizada, descubrí el tatuaje. En la cara interna de mi tobillo, leí con toda claridad: 19-06-2010.

Alguien quiere que no olvide esa fecha. El porqué aún no lo sé.

domingo, 13 de junio de 2010

Inocencia






Aventurarse a salir de paseo a las cuatro de la tarde bajo el sol, y en pleno mes de agosto es casi siempre una mala idea. Y más cuando la temperatura a la sombra no baja de los 35 grados. Claro que si la alternativa es quedarse en un piso pequeño acompañada de mi hijo y mi sobrino, aficionados a las peleas como juego preferido, la salida a un parque, aunque éste quede en la otra punta de la ciudad, quizá sea una auténtica bendición.


Así que allí estábamos. Entrando en la alameda que nos regalaba su sombra y nos invitaba a descansar en aquellos bancos que dibujaban un recorrido plácido. Una delicia para mí sin duda, pero para ello tendría que haber ignorado a aquellas dos mentes infantiles y llenas de energía que ya se habían puesto a correr como potros desbocados, ajenos al calor y a mis advertencias de no alejarse.




-- ¡Mamá, vamos a ver los patos!,me pidió Carlos al descubrir el estanque. Tengo que reconocer que no tuvieron que hacer mucho esfuerzo por convencerme ya que siempre he sentido fascinación por esos animales tranquilos y sosegados que nunca me cansaba de contemplar cuando era niña. Allá nos dirigimos.


Era como una pequeña laguna tranquila. Sólo dos patos tumbados pluma con pluma. Mi hijo ya los estaba citando mientras Julián buscaba en su mochila los bocadillos que aún no se habían comido para usarlos como reclamo. Yo observaba a aquellos animales. Sorprendida por su tamaño y es que me parecían muy grandes, mucho más de lo que mis recuerdos me sugerían. Supuse que se trataría de una nueva especie, quizá más resistente a la vida en cautividad o algo así. El caso es que uno de ellos tomó la iniciativa, saltó de la piedra donde estaba y se lanzó al agua. Vino hacia donde estábamos y desde la atalaya de su cuello, pasó por delante exhibiéndose. El aleteo enérgico con que adornó su paseo y la altivez de su pico, no me dejó dudas: no le interesábamos en lo más mínimo.
Carlos y Julián, ajenos a mis pensamientos, seguían entusiasmados tratando de convencer al más rezagado de que se acercase también, ofreciéndole unos trozos de pan que, sin explicación, flotaban en un primer momento para deslizarse hasta el fondo después sin que ningún pico viiniese a reclamarlos.
Unos minutos bastaron. Aburridos, los patos se despidieron de nuestra sinfonía de grititos, gestos y ofrendas desplazándose a un rincón. Creo que la primera sorprendida era yo.


-Bueno, es que a lo mejor están un poco enfermos y no tienen hambre... o es que con tanto calor no les apetece comer ahora... --comencé a desgranar argumentos­--
Pero no les hizo falta mi retórica. Volvieron a entusiasmarse –no tía, no es eso,mira ahora se han puesto a comer,vamos allí--


Era cierto. En la esquina opuesta a donde nos habíamos quedado, ahora se acababa de desatar un aleteo alegre acompañado de picotazos sobre algo que había en el agua. Pronto descubrí lo que era.
Era una paloma. Era a una paloma, que, descuidada o enferma, o vete a saber qué, había ido a buscar cobijo en la aparente placidez de aquel estanque y se debatía desesperada e inútilmente tratando de salvarse de una muerte segura y cruel. Sentí como si me estuviesen estrujando las tripas a mí también, olvidándome por un momento, de seguir respirando.
Con un ¡Vámonos ahora mismo!, di por zanjado el espectáculo.


Caminamos en silencio; no tenía ganas de hablar y ellos creo sopesaban las consecuencias de hacerlo. Con pasitos cortos trataban de seguirme, supongo que iba demasiado acelerada para ellos. Pero es que necesitaba salir de allí y pisar asfalto de nuevo. Aquellos árboles me agobiaban ahora. Me sentía bloqueada y las ideas se me enmarañaban sin lograr hilar lo que debía decir a continuación, porque estaba claro que algo tenía que decir, que explicar, que justificar y la verdad es que no sabía ni cómo... Además estaba enfadada. Enfadada con todo y con nada definido; enfadada con esos asquerosos patos, con aquella cochambre de agua verde en la que vivían, ¿cómo podían haber hecho una cosa así?


Tratando de relajarme, mis pasos se hicieron más lentos. Carlos aprovechó el momento. Se me abrazó a la pierna con la habilidad de un gato. Creo que su intención era parar a aquel tren de mercancías desbocado más que regalarme un momento cariñoso. Lo miré. Parecía divertido de aquella huida al trote.


­ – Mami, no te asustes, que es como en la peli de la metamorfosis de Getrix; los patos son los asesinos que viven en el planeta de los Ársedos y atacan a los hombres, es guay la peli, que la vi en casa de Mario!
-- Sí, tía y luego los hombres sónicos les atacan a ellos y luego los matan con los rayos láser de séptima generación!¿ Nos dejas ir a los columpios, vale?


Sin salir de mi perplejidad, hice un gesto con la cabeza –como medio de tragar saliva más que nada-- y ellos, interpretándolo como un sí, corrieron hacia los dichosos columpios llenando mi silencio con sus risotadas y comentarios. Despreocupados de mí y felices en su mundo de jerga asesina de nombres imposibles. Sentí algo parecido a un estremecimiento. No era frío. No. Lo que acababa de sentir ahora era miedo.

lunes, 7 de junio de 2010

Seguimos tejiendo.

( si a alguien se le ocurre un título, que no tiene)


En la palma del viento,
de su mano azul
se quedaron dormidos los caminos.

Un nudo corredizo
petrifica el instante
la hendidura
cicatriz de una palabra,
la pregunta
tallada de silencio.

Ramas inmóviles,
mis brazos
acogen los últimos pájaros
del deseo.

domingo, 6 de junio de 2010

Mordemos el polvo una vez más...

¿Veis lo que os digo?

De diez veces, nueve morderemos el polvo.

http://talleresdeescrituracreativa.blogspot.com/

Lo bonito del asunto es lo bien que lo pasamos escribiendo esos micros y que nos
sirven para otros sitios, quitando la frase dichosa.


Besos arañitas

Seguid colgando cosas en el blog: Carmen Cristina, Peña, Rocío, Inés, César, Luis, Esther y Ciu.

domingo, 30 de mayo de 2010

POEMA.

Exhumadora de rastros petrificados, de desiertos,
invoco residuos de la noche.

He venido a saberte, piedra desgarrada,
a palpar poros como abismos
a hundirme
en los resquicios de afilada humedad
entre las ruinas que aún queman.

Vestigios.

Restos de una voz que me habla desde el fondo de arena
de ese mar insomne que sigue navegando
en mis brazos hasta las tres de la tarde,
y me atenaza las piernas
y sofoca el grito

Avanzo entre los cementerios de piedra
con brazadas de náufrago
y desentierro nombres que no fueron.
O sí.

Descubro rostros claveras
sonrisas crispadas preguntas
a todas mis respuestas.


Excavadora de tumbas
te pronuncio
atravesada por un mar volcánico
rescato tu ojo escondido,
y lo sostengo entre mis manos sedientas

Eres todo lo que no era. Lo que no supe, ni dije. Lo que no creía.
Buceadora de arenas laberintos.
Te disuelves ante la mirada del viento.

Y yo contigo.

Dedicado a CIU

Gotera


Un vaso de agua en el silencio.

Su cristal rompe la noche,

ese nada de agua

me mata.

Sobrevivo,

me pongo en pie

y algo invade

el espejo nocturno:

una nada de cristal

sí, soy yo.



sábado, 29 de mayo de 2010

ROMPIENDO EL HIELO(venga arañas es hora de colgar nuestros tejidos)




SÍSIFO DESTERRADO

Tenía la boca reseca y la neblina polvorienta que envolvía la ciudad apenas le dejaba respirar; le enloquecía. Echaba un trago para refrescarse y comprobaba aterrado que hasta el agua tenía un tinte rojizo. Ni siquiera recordaba cuándo había empezado aquello. Sólo sabía que antes existía algo llamado primavera y también un otoño; los estados intermedios. En las noches de verano, intentaba evocar el frescor del viento después de una tormenta, el olor a romero y espliego; el vaho agradecido que exhalaban los montes y la visión de las aves y las flores. Se adormecía y solía soñar que bebía agua hasta hartarse. Así transcurrían esos seis meses, y el no dejaba de trabajar convencido de que acabaría consiguiéndolo. El invierno no era mucho mejor, la ciudad se transformaba entonces en un yermo donde parecía concentrarse la fuerza de todos los vientos. Era un frío seco que se colaba a través de las ropas junto con la arena y hacía crujir sus huesos. No, no recordaba cuándo pero sí sabía cómo. El desierto había cruzado el mar, lenta y pacientemente, durante meses. Aprovechaba las noches para ir asentando su reino. Las dunas se formaban una tras otra como olas inquietas y así fue avanzando hasta cubrirlo todo. Un día el paisaje había cambiado. Todos huyeron, menos él; no perdía la esperanza. Salía al amanecer a realizar su trabajo. Sembraba semillas y plantaba raquíticos esquejes que cuidaba en casa. Aprovechaba los días largos del verano cuando apenas corría el aire. No descansaba pues quería ganarle terreno al desierto. Al anochecer, se tumbaba exhausto y soñaba con el agua una vez más. Mientras él dormía el desierto abría la boca y sus fauces de arena deshacían el trabajo.
Con derechos reservados de autor. Copyright © 2010

domingo, 23 de mayo de 2010

Soledad

Luna, de todo lo que tengo en mi habitación, tú eres lo más valioso. Duplicas mi existencia.

martes, 11 de mayo de 2010

Yo siempre estoy acá

Pero si no llevo un espejo no me veo.

viernes, 23 de abril de 2010

Escribo porque me da la gana.

Se respira un gran silencio en este blog. ¡Qué delicia! ¡Qué silencio! Navegar, aunque sea en medio de bits y bytes, es muy desagradable si hay demasiado tráfico, pero encontré este blog que últimamente no tiene actividad y creo que voy a usar mi barca para hacer nido por acá. ¡Ojalá se permitan los signos de exclamación!... y los puntos suspensivos... Cerraré los ojos y pensaré que navego en un mundo de comas, asteriscos, comillas, números, letras, muletillas, rimas, caca, caca y más cacafonías, re, re, re, y más repeticiones. Y todas ellas mecerán suavemente la barca en que navego. Y me olvidaré de saltar a otro párrafo. Y comenzaré muchas frases con una i griega. Y entraré en estado de duermevela y sentiré que en medio de suaves olas me dejo llevar por la imaginación y escribiré, escribiré y seguiré escribiendo... Y como no hay reglas cuando se está solo en medio de este océano, haré lo que me de la gana, entrelazaré mis piernas (que en modalidad anglo siempre serán mías) con la única pata de la jota, aunque la ge se moleste, acariciaré la curvatura constante de la O, tomaré de las manos a la te y la haré girar, girar y girar, hasta que se le desprendan los brazos y quedará convertida en una ele de lectores, que estarán en algún lugar, navegando también, y tratando de llegar a mi silencioso nido. Y luego el silencio de la hache me arrullará más, aún más... Y me quedaré dormido y soñaré que hago el amor con una eñe, solo por conveniencia, y que ninguna errrre sonorrrra podrá despertarme. Y una ese ssssse me acercará ssssuavemente y me susssssurrará algo hermossssssso al oído. Luego despertaré y podré gritar sin usar vocales y decir palabras muy feas sin usar consonantes. ¿Porqué no hacerlo? Al regresar a tierra firme tal vez tendré que jugar con algunas reglas... Pero siempre podré darles a mis palabras el color que quiera y el olor que me plazca y la sonoridad que me cautive y el sabor que me guste y la longitud que me apetezca y el romanticismo que me provoque y el sentido que me de la gana, porque por eso escribo, porque me da la gana.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Que otro muerda el polvo

Podría ser nuestro grito de guerra cuando empecemos a ganar concursos ;)

http://www.youtube.com/watch?v=rNQRfBAzSzo



R.

jueves, 11 de marzo de 2010

Blog muy recomendable

Lo mencioné durante el curso, pero os pongo el enlace de nuevo para que podáis ponerlo en favoritos. Es muy completo y con mucha actividad relacionada con lo mínimo. Conviene entrar a menudo.


http://ficcionminima.blogspot.com/

miércoles, 10 de marzo de 2010

desenchufado

Apagó el teléfono móvil, desconectó el ipod y cerró su portátil. Fue en ese justo momento cuando se dió cuenta que ya no era libre.

CONCURSO DE LA SER

Hola!! pues ná de ná, lo de los centollos lo dejaremos para otra ocasión.Muchas gracias para los apoyos, de todas formas!!!

Foro caput

A día de hoy el foro de Escuela de escritores ya no funciona. Habrá que tirar del blog y las listas de correo.

Saludos a todos

martes, 9 de marzo de 2010

Enlaces a revistas que aceptan envios

http://www.comunidadinconfesable.com/colaboraciones/

http://www.agitadoras.com/contacto.html

http://revistaplesiosaurio.blogspot.com/2010/01/convocatoria-plesiosaurio-n-3.html


Como ya sé hacerlo os pongo de nuevo los enlaces a tres revistas que aceptan envíos, dos de ellas de micros y otra de micros y relato algo más largo.

Besicus

Rosana

Otro concurso de micros(acaba plazo 31marzo)

http://www.talarrubias.net/certamen_concurso/certamen_relato_hiperbreve/10/bases.htm


Acaba el plazo el 31 de marzo pero admite envios por correo electrónico. Hay tiempo.
He descubieto unos cuantos concursos más, los iré poniendo. Creo que ya sé como poner los enlaces(si es que no nos fijamos leñe:DDD)

La ventana que se abre para publicar nueva entrada tiene unos iconos(ortografía,insertar imagen(Peña),añadir video(toma ya) pues uno de los iconos es insertar enlace, le das y se abre una ventanita gris donde pegas el enlace y le das a aceptar y ya está.

Besos
Rosana

lunes, 8 de marzo de 2010

CONCURSO DE MICROS

Hola familia: Ahí os envío un concurso que me parece de calidad por los relatos ganadores que he leído. Es mensual, así que creo que tod@s podríamos animarnos y mandar un micro al mes que después de destriparlos en el blog un poco, seguro que nos quedan estupendos. Venga, ánimo que es gratis!!! besos


http://www.microrrelatosabogados.com/faq.asp

'Sin detalles'

Por favor sea breve, dijo el funcionario desde su ventanilla ridícula.

Manuel no sabía ser breve, amaba todos los pequeños detalles de las cosas, porque creía que en esos pormenores se encontraba la belleza de la vida.

Pero el empleado público le observaba con bastante desprecio, así que resumió todo lo que pudo y dijo: ' He matado a mi vecino'


domingo, 7 de marzo de 2010

MICRO A CONCURSO!!

Hola familia: ahí va mi micro, el de esta semana, para relatos en cadena de la SER. Destripadlo, por favor. Besos: carmen



Amor condenado

Ese tic-tac que escuchamos hace rato, débil y apagado,anuncia que se acaba nuestro tiempo. El mecanismo va a detenerse otra vez. Desesperada, te busco en el horizonte curvo que dibujaste al partir. Nada.

Maldigo mi naturaleza lenta que me impide salir a buscarte.

Entonces te siento, justo detrás de mí, a cinco minutos de distancia. No voy a rendirme ahora, dices mientras tratas de forzar tu resorte. Contraviniendo las leyes de la lógica que rigen el paso de las horas,lo consigues y me alcanzas.

Y así , abrazados por fín, permanecemos hasta que alguien nos descubre y vuelve a darle cuerda al maldito reloj.

viernes, 5 de marzo de 2010

LIBRO

Termino de leer ésta maravilla casi minimalista que os recomiendo.
Título: La nieta del Señor Linh
Autor: Philippe Claudel

Saludos a todos.
María

jueves, 4 de marzo de 2010

Link a la última edición del concurso y anteriores

http://alasdealbatros.blogspot.com/2010/02/fallo-del-x-premio-de-relato-minimo.html


Para que podáis leer todos los micros. A mí muchos de ellos me parecen dignos de aparecer en una antología. Leer con calma desde la 1ª edición, yo me enteré cuando ya iban por la 4ª creo.

Saludos chic@s, en breve os pongo libros para leer.

Rosana

Un micro ganador (soy Rosana aunque cada vez que publico algo poen Peña :)




Me voy a atrever a colgar un micro con el que gane la 7 edición del premio Diomedea.
Un concurso bimensual muy majo que de momento ha desaparecido(esperemos que vuelva en un futuro, me dió a conocer gente y blog nuevos).
Fue en junio del año pasado y no lo había mencionado porque me daba vergüenza,lo
juro. En este concurso el premio eran libros pero es el concurso que más ilusión me ha hecho en mi "incipiente" vida literaria. Sé que el jurado es imparcial y no elige cualquier cosa, así es que me entró un subidón.



Cambio climático
Fue una primavera precoz. El terapeuta le había dicho a mamá que cuidar del jardín le vendría bien; se había convertido en una selva en miniatura en la que perdíamos siempre la pelota. Compró un abono universal a un extraño hombrecillo de acento extranjero que vendía sus productos a domicilio. Todos, menos papá, nos dedicamos a desbrozar, abonar y sembrar el jardín con entusiasmo. Pasado un mes germinaron un poeta, una bailarina y un violinista entre los macizos de clavelinas y pensamientos. El poeta escribía palabras nuevas que mamá cantaba siguiendo el sonido del violín y la bailarina giraba alocada a nuestro alrededor, como una mariposa gigante y exótica. Llovían colores primarios y saltábamos sobre charcos violetas y verdes, salpicándolo todo. Papá nos miraba muy serio resguardado bajo el porche, como si no le alegrara escuchar a mamá cantar después de tanto silencio. “Es el cambio climático” murmuraba, y recogía el agua multicolor en frasquitos para analizarla en su laboratorio. Una noche, mientras dormíamos, tiró el abono al contenedor y echó herbicida en el jardín. Nuestros invitados se fueron marchitando y mamá se encerró en su cuarto de nuevo. Un aliento helado se adueñó de la casa.


Rosana

Celda

Las vió posarse en el techo de uralita, estúpidas, desorientadas en ese crudo invierno.
El hielo de las ondulaciones atrapaba sus alas de celofán.
Alargó el brazo para hacerlas volar y salvarlas.
Solo por cinco centimétros de distancia los barrotes se lo impidieron.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Ahora sí

Ale, pues ya está.

Gracias Cristina, mañana pondré una cosita.

Saludos a todos

Rosana