viernes, 23 de abril de 2010

Escribo porque me da la gana.

Se respira un gran silencio en este blog. ¡Qué delicia! ¡Qué silencio! Navegar, aunque sea en medio de bits y bytes, es muy desagradable si hay demasiado tráfico, pero encontré este blog que últimamente no tiene actividad y creo que voy a usar mi barca para hacer nido por acá. ¡Ojalá se permitan los signos de exclamación!... y los puntos suspensivos... Cerraré los ojos y pensaré que navego en un mundo de comas, asteriscos, comillas, números, letras, muletillas, rimas, caca, caca y más cacafonías, re, re, re, y más repeticiones. Y todas ellas mecerán suavemente la barca en que navego. Y me olvidaré de saltar a otro párrafo. Y comenzaré muchas frases con una i griega. Y entraré en estado de duermevela y sentiré que en medio de suaves olas me dejo llevar por la imaginación y escribiré, escribiré y seguiré escribiendo... Y como no hay reglas cuando se está solo en medio de este océano, haré lo que me de la gana, entrelazaré mis piernas (que en modalidad anglo siempre serán mías) con la única pata de la jota, aunque la ge se moleste, acariciaré la curvatura constante de la O, tomaré de las manos a la te y la haré girar, girar y girar, hasta que se le desprendan los brazos y quedará convertida en una ele de lectores, que estarán en algún lugar, navegando también, y tratando de llegar a mi silencioso nido. Y luego el silencio de la hache me arrullará más, aún más... Y me quedaré dormido y soñaré que hago el amor con una eñe, solo por conveniencia, y que ninguna errrre sonorrrra podrá despertarme. Y una ese ssssse me acercará ssssuavemente y me susssssurrará algo hermossssssso al oído. Luego despertaré y podré gritar sin usar vocales y decir palabras muy feas sin usar consonantes. ¿Porqué no hacerlo? Al regresar a tierra firme tal vez tendré que jugar con algunas reglas... Pero siempre podré darles a mis palabras el color que quiera y el olor que me plazca y la sonoridad que me cautive y el sabor que me guste y la longitud que me apetezca y el romanticismo que me provoque y el sentido que me de la gana, porque por eso escribo, porque me da la gana.