jueves, 14 de julio de 2011

Nada

Escribías en un afán loco de liberarte, de desprenderte. Sin tregua, sin destino. Fuiste abandonándote, poco a poco, entre renglon y renglón, derramando lágrimas, letras y vida.
Ahora, yo, te busco entre las palabras que componen tu relato.
No estás.
Ya no queda nada.

4 comentarios:

  1. Las lágrimas secaron pero quedan las letras Carmen. Y queda el recuerdo. Quedan las marcas de las cadenas.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario, mi querido Peter Pan.
    Sí, está claro que todo queda, de alguna forma, y no se deshace ni desaparece. Y lo que es mejor, nos quedan las cicatrices, para recordarnos que somos supervivientes,e incluso héroes,-cada uno a nuestra manera y según las circunstancias- pero supervivientes al fin y al cabo.
    Besiños,

    Carmen.

    ResponderEliminar
  3. Me gusta mucho este micro, encierra mucho en tan pocas palabras.

    ResponderEliminar
  4. Muchísimas gracias Isabel y bienvenida a nuestro jardín!
    Besos,
    Carmen

    ResponderEliminar