sábado, 11 de septiembre de 2010

Se acerca el otoño



Arañ@s este blog está lleno de polvo. Voy a pasarle el plumero que falta le hace.





Os dejo un microrrelato(de los largos, de los de 250 palabras, oye que ya me apetecía ;)) escrito por mois. Como siempre abierto a correcciones(comas, rimas, fallitos) y comentarios varios.





Transmutación
Hacía mucho tiempo que Aquilino Ruiz había desaparecido, hacía mucho tiempo que habían dejado de buscarle. Tan sólo su madre confiaba en su vuelta y seguía preparando sus comidas favoritas.

Desde niño Aquilino sentía curiosidad por los pájaros, pasaba horas observándolos convencido de que mantenían conversaciones cuyo contenido iba más allá de la mera supervivencia o la procreación. A los quince años consiguió desentrañar su lenguaje y era capaz de comunicarse con ellos en una jerga compuesta de silbidos y gorjeos que, al principio, causó mucha expectación en el vecindario, luego sonrisas condescendientes y finalmente burlas. Siendo adulto, Aquilino se dio cuenta de que no sabía nada de aquellas aves mayores que surcan los cielos. Con el dinero que nunca gastó se compró un globo aerostático y se dedicó a otear las cumbres donde habitan las águilas. Sólo bajaba cuando se le agotaban los alimentos, el agua o necesitaba combustible. En cada visita más delgado, la voz más aguda y el convencimiento de que estaba a punto de comprenderlas. «Madre, dijo la última vez, el mundo es tan distinto visto desde allá arriba. » Tres semanas después, un pastor encontró el globo en el monte, desinflado y con la barquilla rota.

Algunos juran haber visto un águila sobrevolando la plaza en la que Aquilino jugaba de chico. Desde entonces, su madre acude cada mañana y se sienta en un banco, un plato con comida en las manos y la mirada en el cielo, segura de que regresará algún día.